lunes, 25 de febrero de 2013

…APENAS NOS QUEDA TIEMPO…






La muerte. Solo una palabra. Una real y dura palabra que a más de una persona le provoca miedo, pánico e incluso curiosidad. Nos estamos muriendo, lentamente. Creo que muy pocas personas se ponen a pensar detenidamente en lo que significa morir. Cuando alguien muere, no puedes hacer nada. Te sientes impotente. Puede que te sientas culpable porque no has podido impedirlo. Nadie puede frenarlo. Se va. Abandona su cuerpo y mente. Puede que aún le queden muchísimas cosas por contar o hacer, pero ya es imposible que pueda  porque ha muerto. Todo su cuerpo ha dejado de funcionar. El corazón ya no late, la sangre ya no fluye… y el dolor ha dejado de incordiar.  Para mucha gente, morir es como una especie de alivio porque así ya no sufre y todo el dolor desaparece para siempre. A veces estás al borde de la muerte pero vuelves y eso, en mi opinión, solo pasa por casualidad.  Hay gente que lo que necesita  para sentirse vivo es  salir  de la horrible  rutina y hacer cosas que le haga sentir algo pero, estar vivo solo es cuestión de que tu corazón siga latiendo y no pare. Morir debería ser algo fácil, sería como una especie de recompensa por haber vivido, pero no. Abandonar tu cuerpo no es nada fácil. Yo relaciono los hospitales con la muerte. En los hospitales se intenta salvar a la gente pero no siempre es suficiente lo que hacen allí. Oigo la sirena de la ambulancia y me pongo a pensar en lo peor porque sé que hay cientos de personas que mueren cada día sin que nadie pueda hacer nada por impedirlo o porque, aunque tenga los recursos necesarios para hacerlo, no lo hacen.

En la vida real, la muerte es más complicada y amarga de lo que parece. Claro que,  existirá gente que seguro  que  lo ve de manera  diferente y más fácil. Un día cierras los ojos y te vas, como en algunas idealizadas películas. Un mal día, estás rebosante de vida y al siguiente ya no eres nada. Ya no existes, has desaparecido.  Pero no os engañéis tanto, porque no siempre  es tan fácil como parece. Cuando te vas sin despedirte, no es fácil. Cuando alguien te ha abandonado y no has tenido la oportunidad de decirle adiós, no es fácil. Muchas veces, la muerte te piílla por sorpresa, ya sea la tuya propia o la de alguien que te rodea. Piílla a tus seres queridos por sorpresa. Los deja desesperados, tristes...y llorando porque han perdido más de lo que se esperaban y para consolarse, no les basta eso de que “aunque no esté a tu lado, al menos estaré en tu corazón”.

Está claro que en muchas ocasiones, la muerte es lo más precisamente injusta porque se carga a gente que no se lo merecía. Demasiadas preguntas sueltas. ¿La muerte es algo catastrófico que el destino necesita que ocurra? No. Según yo, es solo una casualidad. A veces solo se trata de estar en el lugar equivocado justo en el momento equivocado.  Un atentado, una bomba, un accidente etcétera. Es azar. Simplemente pasa y te vas solo porque, aunque  estés rodeado de gente, sigues estando solo cuando mueres. No sabes adonde vas ni si hay otra vida a parte de esta. En realidad nadie lo sabe porque eso es y seguirá siendo un gran misterio que todavía la humanidad no ha descubierto.


Nadie puede elegir donde, cuando y  de que forma dejar de existir.  Es imposible saber cuando tu corazón dejará de latir. Se puede pensar que, cuando alguien decide suicidarse, sí que  lo puede elegir pero, eso no es así porque una persona nunca sabe de que forma va ha reaccionar su mente y su cuerpo. Y ni siquiera se puede saber cuando alguien va a morir, yo creo que las premoniciones también son solo una casualidad.  No nos damos cuenta de  la verdadera fragilidad de  la vida. Solo piensa que en un segundo puedes tener todo lo que quieras y al siguiente, ¡boooom! lo puedes perder absolutamente todo. Te quedas sin nada, ni siquiera  vives y todo tu mundo se desmorona. ¿Y para qué demonios esforzarse en hacer las cosas lo mejor posible si al final todos estamos en el mismo punto, muriendo? ¿Para que intentar conseguir la perfección y la felicidad si vamos a morir de todas formas? ¿Lo hacemos para que nos recuerden los demás? ¿Lo hacemos para dejar nuestra huella en el mundo? ¿Lo hacemos para que la gente se de cuenta de que “yo he estado aquí”? Puede que lo hagamos solo porque  somos conscientes de que  si no hacemos las cosas bien el mundo ya no sería lo mismo sin nosotros.

Morir o vivir, dicen, que depende siempre de numerosos factores como por ejemplo si fumas, si bebes, si te drogas, etcétera. Yo no son de los que dicen eso y pienso que es mentira. Imaginémonos  que en una ciudad cualquiera, acaban de nacer dos gemelos. Los llaman Ramón y Marcos. Los dos viven su vida de distinta forma hasta llegar a los 25 años. Ramón, en la adolescencia se metió de pleno en las drogas, arruinó su vida y ahora mismo se encuentra en una mala situación. Marcos, por otra parte, fue a la universidad, se sacó su carrera, se casó y su situación es bastante buena. Un día, Marcos sale de su casa, se mete en su coche y, de camino a su trabajo, sufre un accidente. Lo llevan al hospital, pero no pueden hacer nada por salvarle. Su corazón se para y muere. Ramón, aunque este viviendo malamente, sigue vivo y muere mucho tiempo después de la muerte de su hermano. Por lo tanto, vivir o morir no depende siempre de esos típicos factores.

¿Es posible que sufras cuando se muere un extraño solo por empatia? Cuando muere un extraño que no conocía de nada, siento tristeza, pero no la misma tristeza que cuando se muere alguien de mi entorno. A la mayoría de la gente creo que  le suele pasar lo mismo. Es difícil separarte así de alguien. Alguien con quien has creado un fuerte vínculo.  A esa persona la querías y pensar que ya no le volverás a ver rompe todas tus ideas,  pero eso forma parte de la vida. La vida no sería lo mismo sin la muerte. Cuando muere alguien a quien querías, al principio lo echas de menos pero, poco a poco, puede que ya no te sientas tan mal. Además de sentir tristeza, también sientes odio. Odio, porque en ese momento no entiendes que es lo que pudo haber salido tan mal como para haber perdido a esa persona e intentas buscar culpables pero  tampoco te pones a pensar en ello, solo piensas que es injusto y que alguien debe pagar por ello.

¿Tiene sentido llorar y sufrir la muerte de alguien si sabes que eso no ayudará a nada? Puedes compadecerte de ti mismo, lo que no te llevará a ninguna parte,  o puedes decir “ basta” e intentar cambiar las cosas. Bueno, sí que ayuda de alguna forma porque, al menos, así exteriorizas tus sentimientos. Siempre habrá momentos en los que recuerdes que algún día esa persona existía y te preguntarás como sería la vida si aún estuviera a tu lado. Una persona me dijo una vez que si alguien   muere es porque “Dios” la necesita a su lado. Pues yo no sé si ese ser existe o no, pero si existe quiero darle la enhorabuena porque  se está encargando de ponernos las cosas jodidamente difíciles.

En mi mente, morir es solo una casualidad, incluso podría pensar que es una necesidad y  que, tarde o temprano, nos alcanzará a todos nosotros. Sin hacer excepciones. Es triste y desesperado, pero es así.








                                                                                                               YOANA C.

1 comentario:

  1. Muy buena entrada, pero no estoy de acuerdo contigo en que la muerte sea una casualidad. Las cosas pasan por alguna razón, no es culpa de nadie y a la vez es culpa de todos. Las casualidades no existen, en mi opinión.

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