La muerte. Solo una palabra. Una
real y dura palabra que a más de una persona le provoca miedo, pánico e incluso
curiosidad. Nos estamos muriendo, lentamente. Creo que muy pocas personas se
ponen a pensar detenidamente en lo que significa morir. Cuando alguien muere,
no puedes hacer nada. Te sientes impotente. Puede que te sientas culpable
porque no has podido impedirlo. Nadie puede frenarlo. Se va. Abandona su cuerpo
y mente. Puede que aún le queden muchísimas cosas por contar o hacer, pero ya
es imposible que pueda porque ha muerto.
Todo su cuerpo ha dejado de funcionar. El corazón ya no late, la sangre ya no
fluye… y el dolor ha dejado de incordiar. Para mucha gente, morir es como una especie de
alivio porque así ya no sufre y todo el dolor desaparece para siempre. A veces
estás al borde de la muerte pero vuelves y eso, en mi opinión, solo pasa por
casualidad. Hay gente que lo que
necesita para sentirse vivo es salir
de la horrible rutina y hacer
cosas que le haga sentir algo pero, estar vivo solo es cuestión de que tu
corazón siga latiendo y no pare. Morir debería ser algo fácil, sería como una
especie de recompensa por haber vivido, pero no. Abandonar tu cuerpo no es nada
fácil. Yo relaciono los hospitales con la muerte. En los hospitales se intenta
salvar a la gente pero no siempre es suficiente lo que hacen allí. Oigo la
sirena de la ambulancia y me pongo a pensar en lo peor porque sé que hay
cientos de personas que mueren cada día sin que nadie pueda hacer nada por
impedirlo o porque, aunque tenga los recursos necesarios para hacerlo, no lo
hacen.
En la vida real, la muerte es más
complicada y amarga de lo que parece. Claro que, existirá gente que seguro que lo
ve de manera diferente y más fácil. Un día
cierras los ojos y te vas, como en algunas idealizadas películas. Un mal día,
estás rebosante de vida y al siguiente ya no eres nada. Ya no existes, has
desaparecido. Pero no os engañéis tanto,
porque no siempre es tan fácil como
parece. Cuando te vas sin despedirte, no es fácil. Cuando alguien te ha
abandonado y no has tenido la oportunidad de decirle adiós, no es fácil. Muchas
veces, la muerte te piílla por sorpresa, ya sea la tuya propia o la de alguien
que te rodea. Piílla a tus seres queridos por sorpresa. Los deja desesperados,
tristes...y llorando porque han perdido más de lo que se esperaban y para
consolarse, no les basta eso de que “aunque no esté a tu lado, al menos estaré
en tu corazón”.
Está claro que en muchas
ocasiones, la muerte es lo más precisamente injusta porque se carga a gente que
no se lo merecía. Demasiadas preguntas sueltas. ¿La muerte es algo catastrófico
que el destino necesita que ocurra? No. Según yo, es solo una casualidad. A
veces solo se trata de estar en el lugar equivocado justo en el momento
equivocado. Un atentado, una bomba, un
accidente etcétera. Es azar. Simplemente pasa y te vas solo porque, aunque estés rodeado de gente, sigues estando solo
cuando mueres. No sabes adonde vas ni si hay otra vida a parte de esta. En
realidad nadie lo sabe porque eso es y seguirá siendo un gran misterio que
todavía la humanidad no ha descubierto.
Nadie puede elegir donde, cuando
y de que forma dejar de existir. Es imposible saber cuando tu corazón dejará de
latir. Se puede pensar que, cuando alguien decide suicidarse, sí que lo puede elegir pero, eso no es así porque una
persona nunca sabe de que forma va ha reaccionar su mente y su cuerpo. Y ni
siquiera se puede saber cuando alguien va a morir, yo creo que las
premoniciones también son solo una casualidad.
No nos damos cuenta de la
verdadera fragilidad de la vida. Solo
piensa que en un segundo puedes tener todo lo que quieras y al siguiente,
¡boooom! lo puedes perder absolutamente todo. Te quedas sin nada, ni
siquiera vives y todo tu mundo se desmorona.
¿Y para qué demonios esforzarse en hacer las cosas lo mejor posible si al final
todos estamos en el mismo punto, muriendo? ¿Para que intentar conseguir la
perfección y la felicidad si vamos a morir de todas formas? ¿Lo hacemos para
que nos recuerden los demás? ¿Lo hacemos para dejar nuestra huella en el mundo?
¿Lo hacemos para que la gente se de cuenta de que “yo he estado aquí”? Puede
que lo hagamos solo porque somos conscientes
de que si no hacemos las cosas bien el
mundo ya no sería lo mismo sin nosotros.
Morir o vivir, dicen, que depende
siempre de numerosos factores como por ejemplo si fumas, si bebes, si te drogas,
etcétera. Yo no son de los que dicen eso y pienso que es mentira.
Imaginémonos que en una ciudad
cualquiera, acaban de nacer dos gemelos. Los llaman Ramón y Marcos. Los dos
viven su vida de distinta forma hasta llegar a los 25 años. Ramón, en la
adolescencia se metió de pleno en las drogas, arruinó su vida y ahora mismo se
encuentra en una mala situación. Marcos, por otra parte, fue a la universidad,
se sacó su carrera, se casó y su situación es bastante buena. Un día, Marcos
sale de su casa, se mete en su coche y, de camino a su trabajo, sufre un
accidente. Lo llevan al hospital, pero no pueden hacer nada por salvarle. Su
corazón se para y muere. Ramón, aunque este viviendo malamente, sigue vivo y muere
mucho tiempo después de la muerte de su hermano. Por lo tanto, vivir o morir no
depende siempre de esos típicos factores.
¿Es posible que sufras cuando se
muere un extraño solo por empatia? Cuando muere un extraño que no conocía de
nada, siento tristeza, pero no la misma tristeza que cuando se muere alguien de
mi entorno. A la mayoría de la gente creo que
le suele pasar lo mismo. Es difícil separarte así de alguien. Alguien
con quien has creado un fuerte vínculo.
A esa persona la querías y pensar que ya no le volverás a ver rompe
todas tus ideas, pero eso forma parte de
la vida. La vida no sería lo mismo sin la muerte. Cuando muere alguien a quien
querías, al principio lo echas de menos pero, poco a poco, puede que ya no te
sientas tan mal. Además de sentir tristeza, también sientes odio. Odio, porque
en ese momento no entiendes que es lo que pudo haber salido tan mal como para
haber perdido a esa persona e intentas buscar culpables pero tampoco te pones a pensar en ello, solo
piensas que es injusto y que alguien debe pagar por ello.
¿Tiene sentido llorar y sufrir la
muerte de alguien si sabes que eso no ayudará a nada? Puedes compadecerte de ti
mismo, lo que no te llevará a ninguna parte,
o puedes decir “ basta” e intentar cambiar las cosas. Bueno, sí que
ayuda de alguna forma porque, al menos, así exteriorizas tus sentimientos.
Siempre habrá momentos en los que recuerdes que algún día esa persona existía y
te preguntarás como sería la vida si aún estuviera a tu lado. Una persona me
dijo una vez que si alguien muere es
porque “Dios” la necesita a su lado. Pues yo no sé si ese ser existe o no, pero
si existe quiero darle la enhorabuena porque se está encargando de ponernos las cosas
jodidamente difíciles.
En mi mente, morir es solo una
casualidad, incluso podría pensar que es una necesidad y que, tarde o temprano, nos alcanzará a todos
nosotros. Sin hacer excepciones. Es triste y desesperado, pero es así.
YOANA C.